sábado, 18 de mayo de 2013

CAPÍTULO 13.



RELATOS GRIEGOS  Susana y Daniel 

13 1Vivía en Babilonia un hombre llamado Joaquín, 2casado con Susana, hija de Jelcías, mujer muy bella y religiosa. 3Sus padres eran honrados y habían educado a su hija según la Ley de Moisés. 4Joaquín era muy rico y tenía un parque junto a su casa; como era el más respetado de todos, los judíos solían reunirse allí.
5 Aquel año fueron designados jueces dos concejales del pueblo, de esos que el Señor denuncia diciendo: «En Babilonia la maldad ha brotado de los viejos jueces, que pasan por guías del pueblo». 6Solían ir a casa de Joaquín, y los que tenían pleitos que resolver acudían a ellos.
7 A mediodía, cuando la gente se marchaba, Susana salía a pasear por el parque con su marido. 8Los concejales la veían a diario, cuando salía a pasear por el parque, y se enamoraron de ella: 9«Pervirtieron su corazón y desviaron los ojos para no mirar a Dios ni acordarse de sus justas leyes».
10Los dos estaban locos de pasión por ella, pero no se confesaban mutuamente su tormento, Ilporque les daba vergüenza admitir que estaban ansiosos de poseerla. 12Día tras día acechaban ansiosamente para verla.
13Un día dijeron: -Vamos a casa, que es la hora de comer.
14Y al salir se separaron. Pero, dando media vuelta, se encontraron otra vez en el mismo sitio.
Preguntando uno a otro el motivo, acabaron por confesarse su pasión. Entonces, de acuerdo, fijaron una ocasión para encontrarla sola.
15Un día, mientras acechaban ellos el momento oportuno, salió ella como de ordinario, acompañada sólo de dos criadas, y se le antojó bañarse en el parque, porque hacía mucho calor. 16Allí no había nadie fuera de los dos viejos escondidos y acechándola.
17Susana dijo a las criadas: - Traedme el perfume y las cremas y cerrad la puerta del parque mientras me baño.
18Ellas, cumpliendo la orden, cerraron la puerta del parque y salieron por una puerta lateral para traer el encargo, sin darse cuenta de que los viejos estaban escondidos.
19 Apenas salieron las criadas, se levantaron los dos concejales, corrieron hacia ella 20y le dijeron: -Las puertas del parque están cerradas, nadie nos ve y nosotros estamos enamorados de ti; consiente y acuéstate con nosotros. 21Si te niegas, daremos testimonio contra ti diciendo que un joven estaba contigo y que por eso habías despachado a las criadas. 22Susana lanzó un gemido y dijo:
-No tengo salida: si hago eso seré rea de muerte; si no lo hago, no escaparé de vuestras manos. 23Pero prefiero no hacerlo y caer en vuestras manos antes que pecar contra Dios.
24Susana se puso a gritar, y los concejales, por su parte, también gritaron. 25Uno de ellos fue corriendo y abrió la puerta del parque. 26AI oír gritos en el parque, la servidumbre vino corriendo por la puerta lateral a ver qué le había pasado. 27y cuando los viejos contaron su historia los criados quedaron abochornados, porque Susana nunca había dado que hablar.
28Al día siguiente, cuando la gente vino a casa de Joaquín, el marido, vinieron también los dos viejos con el propósito criminal de hacerla morir. 29En presencia del pueblo ordenaron: -Id a buscar a Susana, hija de Jelcías, mujer de Joaquín.
30Fueron a buscarla, y vino ella con sus padres, hijos y parientes.
31Susana era una mujer muy delicada y muy hermosa. 32Los canallas le mandaron quitarse el velo que llevaba echado para gozar mirando su belleza. 33Toda su familia y cuantos la veían lloraban.
34Entonces, los dos concejales se levantaron en medio de la asamblea y pusieron las manos sobre la cabeza de Susana.
35Ella, llorando, levantó la vista al cielo, porque su corazón confiaba en el Señor. 36Los concejales declararon:
-Mientras paseábamos nosotros solos por el parque, salió ésta con dos criadas, cerró la puerta del parque y despidió a las criadas. 37Entonces se le acercó un joven que estaba escondido y se acostó con ella. 38Nosotros estábamos en un rincón del parque, y al ver aquel delito corrimos hacia ellos. 39Los vimos abrazados, pero no pudimos sujetar al joven, porque era más fuerte que nosotros, y abriendo la puerta salió corriendo. 40En cambio, a ésta le echamos mano y le preguntamos quién era el joven, pero no quiso decírnoslo. Damos testimonio de ello.
4JComo eran concejales del pueblo y jueces, la asamblea les creyó y condenó a muerte a Susana.
42Ella dijo gritando: -Dios eterno que ves lo escondido, que lo sabes todo antes de que suceda, 43tú sabes que han dado falso testimonio contra mí, y ahora tengo que morir siendo inocente de lo que su maldad ha inventado contra mí.
44EI Señor la escuchó. 45Mientras la llevaban para ejecutarla, Dios movió con su santa inspiración a un muchacho llamado Daniel; 46éste dio una gran voz: -¡No soy responsable de ese homicidio!
47Toda la gente se volvió a mirarlo y le preguntaron: -¿Qué pasa, qué estás diciendo?
48ÉI, plantado en medio de ellos, les contestó: -Pero ¿estáis locos, israelitas? ¿Conque sindiscutir la causa ni apurar los hechos condenáis a una israelita? 49Volved al tribunal, porque ésos han dado falso testimonio contra ella.
50La gente volvió a toda prisa, y los concejales le dijeron: -Ven, siéntate con nosotros y explícate; pues Dios te ha nombrado concejal.
51Daniel les dijo: -Separarlos lejos uno del otro, que los voy a interrogar yo.
52Los apartaron, él llamó a uno y le dijo: -¡Envejecido en años y en crímenes! Ahora vuelven tus pecados pasados; 53cuando dabas sentencia injusta condenando inocentes y absolviendo culpables, contra el mandato del Señor: «No matarás al inocente ni al justo». 54Ahora, puesto que tú la viste, dime debajo de qué árbol los viste abrazados.
El respondió:
-Debajo de una acacia.
55Replicó Daniel:
-Tu calumnia se vuelve contra ti: el ángel de Dios ha recibido la sentencia divina y te va a partir por medio.
56Lo apartó, mandó traer al otro y le dijo: -¡Eres cananeo y no judío! La belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón. 57Eso hacíais con las mujeres israelitas, y ellas por miedo se acostaban con vosotros; pero una mujer judía no ha tolerado vuestra maldad. 58Ahora dime: ¿bajo qué árbol los sorprendiste abrazados?
El contestó: -Debajo de una encina.
59Replicó Daniel: -Tu calumnia se vuelve contra ti: el ángel de Dios aguarda con la espada para dividirte por medio. Y así acabará con vosotros.
6OEntonces toda la asamblea se puso a gritar bendiciendo a Dios, que salva a los que esperan en él. 61Se alzaron contra los dos concejales a quienes Daniel había dejado convictos de falso testimonio por su propia confesión. 62Según la Ley de Moisés, les aplicaron la pena que ellos habían tramado contra su prójimo y los ajusticiaron. Aquel día se salvó una vida inocente.
63Jelcías, su mujer, todos los parientes y Joaquín, el marido, alabaron a Dios, porque su pariente Susana no había cometido ninguna acción vergonzosa.
64y desde aquel día, Daniel gozó de gran prestigio entre el pueblo.

RELATOS GRIEGOS 

13 Comienzan los relatos en griego. El relato de Susana es uno de los más populares del libro. Varios ingredientes han contribuido a su popularidad: el argumento con su drama y desenlace feliz, que es el triunfo de la inocencia; la descripción irónica de la pasión de los dos viejos y el proceso de la venganza; la figura del muchacho que salva la situación con un recurso bastante ingenuo. Todo un trasfondo de sabiduría popular o culta, de piedad de salmos, toma la palabra por medio del relato o acompañando a los personajes. La escena sucede en una comunidad judía pequeña, donde no falta el bienestar, regida por jefes locales. 

Los personajes. Los dos viejos/concejales están tratados sin piedad: dos viejos enamorados como jovenzuelos y jugando al escondite como niños. La sátira se dirige primero a abusos de poder dentro de la comunidad. Puede ensancharse a jefes extraños que pretenden aprovecharse de la mujer / comunidad, deshonrándola, quitándosela a su marido / Yhwh. Susana representa un ideal de fidelidad conyugal y confianza en Dios. 

Por sus cualidades y según la tradición, puede representar a la comunidad judía, fiel a su Dios hasta el sacrificio. En un parque (paradeisos) se ha metido el tentador, que sabe de vida y muerte, que al no poder atraer, amenaza. La simpatía del autor por Susana es manifiesta: rica, bella, honesta, religiosa. 

Daniel es el muchacho que evoca la figura de Samuel. Por su edad contrasta con los viejos y realiza así el motivo del héroe pequeño frente a los grandes. Su nombre es su destino: "Dios juzga". El grito del muchacho atraviesa la multitud como protesta crítica, contra la perversión de unos y la ligereza de los demás. Es una voz profética frente a unos jefes institucionales y una comunidad complaciente. Celebra un juicio de vida y muerte que la comunidad entera debe ratificar. 

Daniel es una conciencia fresca, no manchada ni entumecida, a través de la cual Dios vuelve a tomar posesión de su pueblo.

13,1 Os 14,6; Dt 4,9; 6,7. 

13,2 Susana significa azucena o lirio (con el artículo árabe), es piropo para la amada (Cant 2,2; 6,3); se lo aplica a Israel Os 14,6 Alusión inicial que puede despertar la referencia en clave al pueblo escogido. 

13,5 Véase Dt 1,9-18. 

13,6 Dt 1,9-18. 

13,8 Véase el aviso de Eclo 9,8; 16,17-23. 

13,20 Véase la descripción de Eclo 16, 17.23; 23,19. 

13,22 La adúltera tenía pena de muerte: Lv 20,10. 

13,23 Recuerda el ejemplo de José (Gn 39,9). 

13,34 Según la ley de Lv 24,14. 

13,36 Dos testigos, según la ley de Nm 35,30; Dt 19,15. 

13,40 Véanse Sal 64,4; Prov 10,6.18. 

13,42 Véanse Prov 15,3; Sal 7,10. 

13,43 Véanse Sal 17,3; 27,12; 120,2. 

13,44 Véase Prov 15,29. 

13,46 Véase Prov 24,11. 

13,48 Véase Prov 17,15. 

13,49 Véase Sal 94,20. 

13,53 Contra la ley de Ex 23,7 y Lv 19,15. 

13,55 Véanse Prov 19,5 y Sal 59,13. En este verso y en el 59 el castigo consuena en griego con el nombre del árbol correspondiente.

13,56 Véanse Gn 9,25-27 y Ez 16,3. 

13,60 Véase SaI109,30s. 

13,61 Véanse Sal 64,9; Prov 19,9. 

13,62 La ley: Ot 19,18s. Véanse también Prov 11 ,8 Y Sal 34,22. 

13,63 Ver Sal 3,4. 

13,64 Como Samuel: 1 Sm 3,19-21.

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