sábado, 18 de mayo de 2013

CAPÍTULO 12.



Resurrección y Salvación  (Is 24-27; Ez 38-39; JI 3-4)

12 1Enronces se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora.Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro.
2Muchos de los que duermen en el polvo despertarán: unos para vida eterna, otros para ignominia perpetua.
3Los maestros brillarán como brilla el firmamento, y los que convierten a los demás, como estrellas, perpetuamente.
4«Tú, Daniel, guarda estas palabras y sella el libro hasta el momento final. Muchos lo repasarán y aumentarán su saber».
5Yo, Daniel, vi a otros hombres en pie a ambos lados del río. 6y pregunté al hombre vestido de lino, que se cernía sobre el agua del río:
-¿Cuándo acabarán estos prodigios?
7EI hombre vestido de lino, que se cernía sobre el agua del río, alzó ambas manos al cielo y le oí jurar por el que vive eternamente:
-Un año y dos años y medio. Cuando acabe la dispersión del pueblo santo, se cumplirá todo esto.
8yo oí sin entender y pregunté:
-Señor, ¿cuál será el desenlace?
9Me respondió:
-Ve, Daniel. Las palabras están guardadas y selladas hasta el momento final. 10Muchos se purificarán y acendrarán y blanquearán; los malvados seguirán en su maldad, sin entender; los maestros comprenderán. 11Desde que supriman el sacrificio cotidiano y coloquen el ídolo abominable pasarán mil doscientos noventa días. 12Dichoso el que aguarde hasta que pasen mil trescientos treinta y cinco días. 13Tú vete y descansa. Te alzarás a recibir tu destino al final de los días.

12,1-3 Como en las escatologías clásicas, la derrota del enemigo no es más que el acto penúltimo, que precede a la instauración definitiva del reinado de Dios. La nueva era se alumbra con dolores de parto, heraldos de vida y salvación. Este libro sigue la tradición oficial, pero añade la doctrina nueva de la resurrección (antecedentes en Is 53; Ez 37; Is 26,14-19), que se impondrá entre la mayoría de los judíos. Su resurrección no es universal, pero es personal y diferenciada. 

La resurrección precede al juicio de separación (cfr. Ez 20,35-38). Si para Ezequiel resucitar es salir del destierro (Ez 37, 12), concibe una resurrección para retornar a la patria y otra para morir en el desierto. Nuestro autor toma a la letra la imagen y ensancha su alcance: resurrección para incorporarse al nuevo reino de Dios. Entre los que resucitan hay un grupo privilegiado: no los guerreros -Macabeos- ni siquiera los mártires -Eleazar y compañeros-, sino unos maestros que predican con éxito la conversión. Los ciudadanos del nuevo reino tienen que ser justos (Is 26,2). 

Es bastante claro el sentido de una vida eterna que, si sobrepasa a Is 65,20, puede apoyarse en Is 25,8. Su opuesto no es tan claro. La "ignominia perpetua" puede ser una conciencia de derrota que se experimentará sin término o la conciencia de una derrota definitiva e irreversible. La distinción es: indefinida o definitiva. La expresión hebrea "ignominia perpetua/definitiva" se lee en Sal 78,66 sin implicación de supervivencia perpetua; Is 66,24 habla de "cadáveres", no de seres resucitados sufriendo. No parece que los autores de la época se imaginasen a un Antíoco otra vez vivo en cárcel perpetua; pensaban más bien en su fracaso definitivo. Finalmente, el texto no opone vida eterna gloriosa / vida eterna ignominiosa, sino vida eterna / ignominia eterna. Entonces ¿para qué resucitan? -Para comparecer a juicio (Sab 5). 

12,3 "Como brilla el firmamento": la palabra hebrea que responde a brillo, zohar, se ha hecho famosa en la literatura cabalística por  su obra capital, seper hazzohar (siglo XIII). 

12,6-7 Es la pregunta de 8,13 con la respuesta de 7,27. 

12,10 Al negarse a comprender el mensaje, los malvados se confirman en su maldad. 

12,11-12 Dos revisiones cronológicas para salvar la esperanza cuando el plazo señalado no trajo la liberación. 

12,12 Sab 4,20; 5,1. 

12,13 El descanso de la muerte con la esperanza de resucitar.

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