sábado, 18 de mayo de 2013

CAPÍTULO 11.



11 1Yo por mi parte, durante el año primero de Darío el medo, le ayudé y reforcé a él. 2Ahora te comunicaré la verdad:
-Persia todavía tendrá tres reyes. El cuarto los superará en riquezas; pero cuando por las riquezas crezca su poderío, provocará a todo el reino griego.
3«Surgirá un rey batallador, que tendrá grandes dominios y un poder absoluto. 4Cuando se afirme, su reino será dividido hacia los cuatro puntos cardinales. No lo heredarán sus descendientes ni será tan poderoso; su reino pasará a manos ajenas.
5»Se hará fuerte el rey del sur, pero uno de sus generales lo superará y sus dominios serán más dilatados. 6Después los dos harán una alianza; la hija del rey del sur acudirá al rey del norte para hacer las paces. Perderá la fuerza de su brazo, su linaje no subsistirá; serán entregados por algún tiempo ella, su séquito, su hijo Y su protector.
7»De sus raíces brotará un retoño en su lugar, que entrará en la plaza fuerte del rey del norte y los tratará como vencedor. 8Se llevará a Egipto sus dioses e ídolos y el ajuar precioso de oro y plata, y por unos años dejará en paz al rey del norte.
9»Este último invadirá el reino del rey del sur, pero se volverá a su territorio.
10»Sus hijos declararán la guerra, reunirán ejércitos enormes: invadirá y pasará como una inundación, y volverá a luchar hasta la fortaleza.
11»EI rey del sur, despechado, saldrá a luchar contra él, pondrá en pie de guerra un gran ejército, el cual caerá en sus manos. 12Se engreirá con la victoria sobre el ejército y hará morir a millares, pero no prevalecerá.
13»EI rey del norte pondrá en pie de guerra otro ejército mayor que el primero; pasados unos años volverá con un gran ejército bien avituallado.
14»Entonces muchos se levantarán contra el rey del sur; hombres violentos de tu pueblo se alzarán para cumplir una visión, pero fracasarán. 15Vendrá el rey del norte, hará un talud y conquistará la ciudad fortificada. Las tropas del sur no resistirán, ni siquiera los más valientes tendrán fuerza para resistir.
16»Uno que avanza contra él lo tratará a su capricho, sin que nadie le pueda resistir. Se establecerá en La Perla de la Tierra* y será suya toda entera. 17Decidido a someter todo su reino, ofrecerá la paz y la firmará; le dará en matrimonio una princesa con intención de perderlo, pero el proyecto no resultará.
18»Entonces se volverá contra las costas y conquistará mucho territorio; pero un jefe pondrá fin a su insolencia, para que no responda con insolencias.
19»Entonces se dirigirá a las fortalezas de su territorio; allí tropezará y caerá sin dejar rastro.
20»Un sucesor suyo despachará a un exactor de su majestad a requisar el tesoro del templo; en pocos días será liquidado sin enfados ni peleas.
21»Le sucederá un plebeyo sin títulos reales. Se abrirá paso suavemente, y con intrigas se hará reino. 22Barrerá ejércitos enemigos desbaratándolos, y también al príncipe de la alianza.
23Aun disponiendo de poca gente, con sus cómplices y a fuerza de traiciones se irá haciendo fuerte.
24Sin agitarse irá penetrando en las zonas más fértiles de la provincia, y hará lo que no hicieron sus padres ni sus abuelos: repartirá botín, despojos, riquezas, atacará con estratagemas las fortalezas; pero por poco tiempo.
25»Envalentonado, se dispondrá a atacar al rey del sur con un gran ejército; el rey del sur le hará frente con un ejército inmenso, pero caerá víctima de conspiraciones; 26los que compartían su pan serán su ruina, su ejército será barrido y tendrá muchísimas bajas.
27»Los dos reyes, llenos de malas intenciones, se sentarán a una mesa para decirse mentiras; pero no les valdrá porque el plazo ya está fijado. 28El volverá a su país con muchas riquezas y con planes contra la santa alianza*, después de ejecutarlos volverá a su país.
29»En el plazo fijado volverá al país del sur, pero no le irá como las otras veces. 30Naves de Chipre lo atacarán; se volverá asustado para desahogar su cólera contra la santa alianza. Al volver, hará caso a los que abandonan la santa alianza.
31Algunos destacamentos suyos se presentarán a profanar el santuario y la ciudadela, abolirán el sacrificio cotidiano e instalarán un ídolo abominable. 32Pervertirá con halagos a los que quebrantan la alianza, pero los que reconocen a su Dios se decidirán a actuar. 33Los maestros del pueblo instruirán a los demás, aunque por un tiempo tengan que arrostrar la espada, el fuego, la cautividad y la confiscación de bienes. 34 Al verlos en tales peligros, unos cuantos les ayudarán y otros se les juntarán por adulación. 35La desgracia de algunos maestros servirá para purificar y acendrar y blanquear hasta que llegue el final, pues el plazo está fijado.
36»EI rey actuará a su arbitrio, se engreirá desafiando a todos los dioses y hablará con arrogancia contra el Dios de los dioses; prosperará hasta el momento del castigo, que está decretado y se ejecutará. 37No respetará al dios de sus padres ni al favorito de las mujeres, no respetará a ningún dios, porque se creerá superior a todos. 38En cambio, dará culto al dios de la ciudadela, ofrecerá plata y oro, piedras preciosas y joyas a un dios desconocido de sus padres. 39Con la ayuda de un dios extranjero atacará ciudadelas fortificadas; a los que lo reconozcan los colmará de honores, los nombrará gobernadores de pueblos numerosos y les dará tierras en recompensa.
40»AI final, el rey del sur embestirá contra él; el rey del norte se lanzará en torbellino con carros, jinetes y muchas naves. Invadirá y cruzará países como una inundación.
41»Penetrará en la Perla de la Tierra. Caerán a millares, pero se librarán de sus manos edomitas, moabitas y la flor de los amonitas. 42Echará mano a diversos países y ni siquiera Egipto se librará.
43Se adueñará del oro y la plata y todos los tesoros de Egipto; libios y nubios formarán su séquito. 44Pero alarmado por noticias recibidas del este y del norte, marchará con toda furia a destruir y aniquilar muchedumbres.
45»Plantará su pabellón entre el mar y la Perla de la Santa Montaña. Se aproxima a su fin y nadie lo defenderá».

11 El autor traza de nuevo la historia hasta los días de Antíoco IV. Habiendo sido contemporáneo también de Antíoco III (año 300, edicto de tolerancia), el autor podría informar con bastante precisión. De la historia precedente recoge algunos hechos salientes y esquematiza otros. La división de conjunto es: 2 imperio persa, 3-4 Alejandro y los Diadocos, 5 Tolomeo I y Seleuco I, 6-9 Laodice, Berenice y Tolomeo III Evergetes, 10-19 Antíoco 111, 21-45 Antíoco IV Epífanes.
A pesar del valor histórico de varios datos, el capítulo resulta en conjunto confuso; queda oscurecido adrede al ser presentado como predicción de Daniel. Como si colocase un vidrio esmerilado ante los sucesos. Si no fuera por informaciones de otras fuentes, no lograríamos descifrar el presente capítulo. ¿Qué pretendía el autor con esa velada exactitud? 

¿Quería recomendar la verdad del libro? -Era una verdad a posteriori, y muchos lectores lo sabían. La verdad de lo narrado debía garantizar la verdad de lo predicho.
El profeta del gran retorno, Isaías II, entusiasmó a muchos con sus encendidos cantos de vida y esperanza; el autor de Daniel clava los ojos en la historia que conoce o como la conoce y de allí los levanta al soberano de la historia. Su mirada es más intelectual, su convicción no es menos firme. Históricamente el advenimiento de Ciro fue más importante que la muerte de Antíoco IV; para el autor la grandeza única de su momento era ser la víspera del final definitivo. El capítulo 11 está tenso hacia el 12, y así hay que leerlo. Comparado con otros capítulos precedentes, éste es inferior, porque le faltan símbolos convincentes. ¿Qué ha quedado del
presente capítulo en nuestra cultura, salvo la curiosidad histórica? Pero a través de las formas borrosas se percibe una constante de violencia y engaño, de guerras y conspiraciones, debilidades y arrogancias. Es el envés de codicia y ambición, que mueve demasiado la historia humana. 

11,2 Al autor le interesa el número de cuatro. El cuarto ha sido identificado con Ciro, Darío, Jerjes, Artajerjes y Darío III. 

11,5 Sur y norte = Egipto y Siria = Lágidas y Seléucidas. Seleuco comienza como aliado inferior de Tolomeo; más tarde se consolidó y extendió sus dominios hasta Babilonia. Muy pronto la división se convirtió en hostilidad. 

11,6 El nieto de Seleuco hace las paces con el hijo de Tolomeo. El sirio abandona a su esposa, Laodice y se casa con Berenice, hija del egipcio. Pero Laodice fue eliminando a Antíoco II, a Berenice y al hijo de ambos y entronizó a su hijo, Seleuco II. 

11,7 El sucesor lágida decidió vengar a su padre y hermana y derrotó a Seleuco. La plaza fuerte puede ser el puerto o la capital, Antioquía. 

11,8 La victoria y el recuperar el botín robado por Cambises le valió el título de Evergetes = Bienhechor (de la patria). 

11,10 Los hijos son Seleuco III y Antíoco III. El segundo sube al trono el 223, con designios de grandeza militar y política, en Asia y a costa de Egipto. 

11,11-12 Año 217: batalla de Rafia. Dos grandes ejércitos se enfrentaron; Antíoco III fue derrotado con terribles pérdidas, pero Tolomeo IV no supo explotar la victoria. 

11,13 Pasados diez años se prepara el desquite. Antíoco III había consolidado su poder en Asia. 

11,14 Parece referirse a Felipe V de Macedonia o a una coalición antiegipcia. Los "violentos" representan quizá al grupo judío colaboracionista de 1 Mac. 

11,15 El año 201 Antíoco III logró conquistar la estratégica plaza fuerte de Gaza, a las puertas de Egipto. 

11,16 Antíoco III impuso su autoridad sobre Judá, concediendo libertad religiosa y de costumbres propias (200). Triunfan el partido siriófilo y los fieles a la ley. * O: Judá. 

11,17 El seléucida hizo las paces con Tolomeo y las selló dándole en matrimonio a su hija Cleopatra (197). 

11,18 Sintiéndose seguro al este y al sur, Antíoco inicia una expansión hacia occidente. Pero tal expansión no la podía tolerar Roma, que por medio de su cónsul Lucio Cornelio Escipión el Asiático, le infligió la derrota definitiva de Magnesia (190). 

11,19 Fue la perdición de Antíoco, el cual, según la tradición, murió cuando intentaba saquear un templo (187). 

11,20 Le sucedió su hijo mayor, Seleuco IV Filopátor. El "exactor" es Heliodoro (2 Mac 3). El rey murió, probablemente envenenado (175). 

11,21 Le debía suceder su hijo, Demetrio; pero se adelantó su hermano, que había estado en Roma como rehén, y apoyado por Eumenes de Pérgamo logró apoderarse del trono y reinó con el sobrenombre de Epífanes = (Dios) Manifiesto. El autor lo rebaja a "plebeyo". 

11,22 El "Príncipe de la Alianza" es probablemente el sumo sacerdote Onías. 

11,23-24 Sigue describiendo las tácticas del rey, sus intrigas y rapacidad. 

11,25-28 En la primera campaña contra Egipto hizo prisionero a Filométor. Lo trató con benevolencia fingiendo apoyar sus derechos contra su hermano, Fiscón. El banquete de la amistad fue un juego de engaños. Entretanto, en Jerusalén, corrió el rumor de que Antíoco había muerto y hubo disturbios contra el dominio seléucida. Antíoco, de vuelta de Egipto, sometió la ciudad a un castigo ejemplar (1 Mac 1; 2 Mac 4). * O: los judíos. 

11,29-30 En la segunda campaña contra Egipto intentó apoderarse también de Chipre, penetró en Menfis, avanzó hacia Alejandría;  pero le salió al paso el legado romano Popilio Laenas y lo humilló, obligándolo a retirarse. 

11,31 Despechado, desfogó su cólera contra los judíos (2 Mac 5). 

11,32-35 Describe los dos partidos judíos y sus respectivas reacciones ante la persecución: los colaboracionistas, los mártires, la rebelión de los Macabeos, los que se les van sumando, los maestros del pueblo. Para los mártires se inspira en Is 53. 

11,36-39 Se refiere a la progresiva exaltación de Antíoco, documentada en sus monedas. La supresión del culto de Apolo y Tamuz = Adonis a favor de Zeus Capitolino. 

11,39 Con leve enmienda leen algunos: "y pondrá a defender la ciudadela a un pueblo de un dios extranjero", como alusión al establecimiento del Acra o polis griega en el corazón de Jerusalén. 

11,40-45 Hasta aquí ha referido el autor sucesos recientes, conocidos personalmente. El futuro próximo lo describe proyectando sus previsiones y esperanzas y formulándolas con motivos tradicionales. En realidad, Antíoco, casi arruinado y temeroso de los romanos, emprendió una campaña hacia oriente, en la cual, después de algunas victorias, murió desastrosamente (1 Mac 6; 2 Mac 9). La descripción se inspira en el modelo de Senaquerib. 

11,45 O "entre los mares", Mar Muerto y Mediterráneo; con posible resonancia cósmica: los mares delimitan la tierra, y la montaña sagrada es su centro. Digno escenario para el acto final de la historia.

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